Si uno sabe la que se viene y la puede evitar, mejor ¿no? Si
sabes de antemano que el micro al que te subiste va a chocar ¿te subís? Si
sabes que se viene un huracán ¿no te escondes veinte metros bajo tierra para
evitarlo?
Cuando uno ve venir
el problema tiene dos alternativas. Ir y ponerle el pecho, jugarse, o retirarse,
esquivarlo.
Si sabes que te van
a atacar mejor atacar antes ¿no? El que pega primero pega dos veces. Si
ves venir la piña, mejor anticiparse ¿no? Si sabes que te quieren llevar
preso, ¿no es mejor escapar? ¿No dicen que si escapas servís para otra guerra?
Si sabes que te van a cortar el rostro, mejor ni encararlo ¿no? Si sabes que te
van a decir que no, ¿para qué preguntar?
Pero ¿y si te
equivocas y te retiras de la cancha pero tenías muchas chances para ganar? ¿Y
si atacas antes de que te ataquen pero en realidad nadie te iba a atacar? ¿Si
te escapas de gusto porque nadie te iba a encerrar en ningún lado? ¿Y si vos
decís que no antes de que te corten el rostro pero en realidad el otro quería
decir si? ¿Y si dejas antes de que te dejen para no sufrir? Y resulta que no te
iban a dejar.
Cuando me la veo
venir, cuando siento que se viene la guillotina, yo no soy de las que pone la
cara para el cachetazo. Es muy cobarde, ya sé. Pero es tan grande el dolor
cuando te dejan que mejor dejar antes de ser dejado.
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