Un amor, o un intento de eso. Un libro, una frase, música aún sin reproducir, pero a la expectativa. La habitación perfecta, deshabitada y para ella sola. Silencio mortuorio, pero agradable. Una mente.. Una mente que imagina, que idealiza. No hay peor error que idealizar. Sentimientos desencontrados. Frío en el alma. No quiere depender de nadie, no le gusta depender de nadie, mucho menos que su felicidad dependa de otra persona, de alguien ajeno. No quiere regalar su punto más preciado, no quiere enamorarse. No quiere darle a otro la posibilidad de arruinar su vida o existencia, no quiere darle a ese alguien la coacción suficiente para que manipule su mente, su cuerpo, su alma. Quiere pureza de por vida, pero quiere sentir que alguien la necesita. Escucha, ama, quiere, desconfía. Pero ¿qué pasa? Sí, ¿qué carajos pasa por su mente? Aún no lo sabe. Cada vez que se siente feliz "todo el mundo" la rodea. Cada vez que se siente triste, cae en un abismo, y nunca jamás termina de estirar su propia agonía.
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